Ambos estudios asumen roles indispensables para el sistema judicial, sin embargo, la psicología criminal se aplica para entender el porqué de los crímenes, es decir, los factores que incidieron en la psique del delincuente para llevar a cabo el acto, mientras que la psicología forense estudia las consecuencias de dicho delito sobre las víctimas, así como el estado mental de los mismos.
Aunque la psicología criminal y la psicología forense cumplan roles parecidos y se desenvuelvan en el ámbito judicial, la psicología forense también se relaciona con otros ámbitos subyacentes en el proceso judicial, ellos son: el derecho civil, laboral y de familia. Por ejemplo: determinar la capacidad laboral de una persona que sufrió un accidente o evaluar la guarda y custodia de un menor de edad. Mientras que un psicólogo criminal se limitará a trabajar únicamente con casos relacionados al derecho penal, es decir, situaciones que impliquen delito.
